Otra regla que persigue el objetivo de tener un diseño limpio, fácil de leer, que no canse a la vista tras horas de visualización continua.
Se trata de, a lo largo de las distintas pestañas de un cuadro de mando y también entre los distintos cuadros de mando, usar siempre el mismo tipo de elementos, los mismos colores, con el mismo significado, mismas reglas de alineación, el mismo tipo de letra y tamaño, etc.
Podríamos pensar en una primera instancia que, quizá, nos queden unos cuadros de mando algo aburridos y monótonos. Pero hay que tener en cuenta que no estamos realizando una obra de arte, en el sentido de expresividad artística, innovación, rompedor, transmitir sentimientos con simbología, etc. Se trata de representar volúmenes muy grandes de datos de manera que el usuario que mira nuestro cuadro de mando pueda entenderlos fácilmente y, con ello, ser capaz de tomar una decisión.
Por tanto, cuanto más fácil sea para ese usuario la interpretación de un dashboard, mejor. Y, en ese sentido, la repetición de patrones en el diseño evita que el usuario tenga que pararse a pensar qué significa un color, un elemento, una nueva disposición; no hemos de distraer su atención con este tipo de cosas.
¡Cuidado! No se trata de hacer pantallas en blanco y negro, toscas y espartanas. Los colores facilitan la interpretación de los datos, así como los gráficos adecuados. Hay que encontrar el equilibrio entre algo feo y aburrido y algo bonito a primera vista pero que no facilita una rápida interpretación de los datos.
Esperamos que estas primeras reglas os hayan resultado muy interesantes. Fijaos en qué medida vuestros cuadros de mando cumplen con ellas y cuánto éstos mejorarían si las incorporaseis.